Friday, February 19, 2010

Bitácora Caminante - Sudamérica, adelanto y prólogo (o no)

Hay ciertas cosas que uno es capaz de ver solo con los ojos del tiempo. A veces, tomamos decisiones que creemos que son nuestras, pero no lo son. O que sí son nuestras, solo que pertenecen a un yo anterior. Un yo que estuvo en un lugar preciso, en un momento determinado y es él quien tomó la decisión que solo un yo futuro podría llevar a cabo.

Releyendo hoy lo último que escribi en mi viaje a Tailandia, me doy cuenta que la que sería mi próxima odisea, Sudamérica, ya había comenzado en la calurosa y pegajosa tarde en aquel barsucho de Bangkok, en donde hilvané las últimas líneas para mi cuaderno de viajes. Ese mismo cuaderno al que le estaban ya esperando nuevos horizontes, nuevas enseñanzas, nuevas aventuras, a ser relatadas en su cuerpo de papel.

Alfred Hitchcock dijo una vez que si vas a realizar una versión nueva de un film ya existente, esta debe superar al original. Y él es el único que ha hecho una remake de un film propio.
Y así fue, que me mandé nomás a cumplir el sueño que ya había decidido tiempo atrás, sin saberlo: el viaje sin límites. El viaje en el que todo sería posible. Un viaje del que tan solo sabía cuál y dónde era su principio, más nada sabía yo acerca de su final. Confieso ahora que, durante el viaje, hubieron momentos en los que creí que este iba durar para siempre. Era muy consciente, cuando partí, de que había muchas chances de no querer volver. O de no poder volver. La fecha de vuelta en mi pasaje, abierto por un año, era válida para todos aquellos que me rodeaban y me querían de vuelta. Pero doy fe de que, en ese entonces, no tenía validez alguna para mí.

Pero todo en la vida tiene su tiempo de ser. Y un día como cualquier otro, en algún nuevo destino, me di cuenta de que el tiempo de viajar había llegado a su fin. No recuerdo dónde fue que tomé la decisión de volver, ni si hubo para ello algun hecho o situación específica que me hubiera llevado a ella. Pero hoy entiendo porqué la tomé. En realidad, era uno de esos yo quien la tomó. Uno de esos yo que existen tan sólo en un tiempo y un lugar... pero que dejan una marca que llevamos para siempre. A veces uno no entiende las decisiones que toma. Pero la vida tiene una manera de mostrártelo todo, si se mira con los ojos del tiempo. Porque los años, que tanta paciencia tienen, de errores no saben nada - solo conocen de razones.

Luego de este análisis previo, me gustaría compartir hoy nada más una pizca de lo que va a venir.

27/11/2007
Israel

Es hora de un nuevo prólogo, en vísperas de un nuevo viaje. Esta vez, los destinos son multiplicados y, si bien suponen un mayor grado de similitud con quien escribe; la magnitud en materias de tiempo y distancias, no tiene precedentes...
No soy el mismo que ha realizado el viaje anterior y, si bien esto es aplicable a todo ser vivo (estamos en constante movimiento), no deja de ser un hecho innegable.
Pero, replanteándome el asunto, he decidido no continuar con este prólogo. Voy a limitarme a, tan solo, una dedicatoria: PERMITÍTE!

Suerte en el camino...
Yo

1 comment:

  1. Me encantò! Supongo q ya lo habrè leido, pero es bueno releerlo...Cuando se viene el proximo artìculo? Extraño leerte...aunq mas te extraño a vos!!! Beso
    Paty

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